viernes, 18 de noviembre de 2022

Dicen Los Hermanos Simón: En la música criolla de ritmo bailable se objetiva el espíritu retozon y andariego del nativo.

 


ENTRE los valores del folklore argentino, particularmente del regional norteño, los hermanos Simón tienen ganado ya un lugar de alta consideración. Compositores y ejecutantes de nuestra música nativa, de ingenua expresión y típico colorido, se han incorporado a los creadores vernáculos con una dignidad propia y característica, dentro de las modalidades del género.

El Simón son santiagueños de nacimiento, descendientes de siriolibaneses, llevan en la sangre un signo racial definitivamente enraizado en la vida y costumbres del Noroeste. He aquí otro caso singular, como el del salteño Falú, de folkloristas que, sin ser producto genuino de generaciones identificadas en el medio geográfico e histórico, según las leyes biológicas, son auténticos intérpretes del ser natural que les rodea. El éxito de las composiciones de este conjunto, sin olvidar que los Simón son autores de méritos propios, lo revela bien a las claras el hecho de que ellas sean grabadas en la actualidad por las figuras más cotizadas de la canción popular como: Los Chalchaleros, Los Fronterizos, Hugo Díaz, Los Cantores de Salavina, Martínez-Ledesma, etc.

DON JUAN, EL PADRE... FORMACIÓN ARTÍSTICA

Esto fue en los primeros años de la adolescencia, allá por 1920 y 1922.

Por entonces Don Juan, padre de los Simón, tenía un negocio de confitería en el mercado viejo de la ciudad, el cual conservaba, hasta su demolición en 1936, el característico aspecto de una aldea colonial, El negocio era muy frecuentado por improvisados guitarreros que no por tales dejaban de tener aprestos de payadores. Don Juan, no obstante su origen árabe, tenía predilección por la música criolla, alentaba y favorecía en su negocio las manifestaciones primerizas de recordados cultores santiagueños como Werfild Maldonado, Ramón Oviedo, "Pibipi" Arce, nombres que se recuerdan siempre frescos en el historial lugareño, otros, como Tapia y Orellana, aparecen borrosos en la reminiscencia, el payador de a caballo José Mariscal, que cantaba con sugestiva fluidez en las fiestas religiosas y populares de los aledaños, y también en los entreveros políticos y partidarios.

Naturalmente en aquella época atraían la atención del público concurrente al lugar, y en mayor grado de los chiquillos que olvidaban sus mandados, entre de los chiquillos, como es de presumir, los hijos del comerciante, es decir los hermanos Simón, que no tardaron en familiarizarse en la ejecución de la guitarra, destacándose bien pronto Juan, que se convirtió en el centro de interés de cuantos frecuentaban la confitería.

CINCO HERMANOS... UN GRUPO FAMILIAR..

JUANITA:

Vocalista, casada, tiene tres hijos, dos mujeres y "Cachito", de 8 años, entusiasta guitarrista y ya se perfila como un precoz artistas del bombo.

JOSE:

Es el mayor de los hermanos, guitarrista del conjunto, es padre de cuatro hijos, un varón bachiller, y las niñas estudian, en la Universidad, en el magisterio y en la escuela primaria; comenzaron, además, con el piano y la guitarra.

JUAN:

Primera guitarra, primero en proyectarse al público a través de sus ejecuciones, empleado en Salud Pública de la Nación, tiene cinco hijos, todos varones; uno de ellos maestro de obras de la Escuela Industrial; otro, oficial de Policía, y los demás estudian en el curso secundario.

MIGUEL:

Bandoneonista, instrumento básico del conjunto, pertenece al personal de Salud Pública de la Nación. Tiene cuatro hijos, dos varones y dos mujeres. El mayor se dedica al co- mercio, y el menor ingresó a la escuela primaria, las mujeres son maestras.

RICARDO:

Bombista, es el más joven de lo: hermanos Simón. Empleado preparador de farmacia. Tiene una hija de 11 años y otra de 3 años. Posee condiciones singulares para la ejecución del bombo.

Como se ve, los hermanos Simón no sólo forman un con- junto musical, sino un importante grupo familiar, digno de especial consideración en el coeficiente demográfico.

Publicada originalmente en Revista Folklore Nº 74 (2/6/1969)

 

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