domingo, 23 de julio de 2023

RETRATO HABLADO / NO HAY MUERTE QUE APAGUE UNA ESTRELLA. Confesiones de Carlos Carabajal

Ya se dijo repetidas veces que tanto Carlos Carabajal como Carlos Saavedra tenían orden de no morir.

Y no lo hicieron. Sus palabras no sólo se instalan a través de canciones, repetidas anécdotas, danzas y cuentos. Hay confesiones que quedaron grabadas. Recuerdos que hablan de cómo vivieron sin que lo dijeran explícitamente. “Yo he sido muy feliz. No me pesa nada”. Esta es quizás la más valiosa de sus declaraciones y la que mayor paz puede traer a quienes lo conocieron y lo amaron. 

Don Carlos Carabajal pudo hablar de su obra cuando la salud aún lo acompañaba. Lo hizo en el documental de Melina Terribili y en el programa de TV Retrato de la cultura, que conduce Marcos Vizoso. Aquí lo mejor de todas ellas.

Por Mónica Andrada


 La felicidad

“Yo he sido muy feliz. Muy feliz siempre, por mis hijos, por la música, por haber conocido tanto. No me pesa nada. Siempre he sido alegre. Y las cosas amargas por ahí, ni me acuerdo. Las olvido en seguidita. Las olvido. Y las cosas dulces que han sido la convivencia con mis hijos y con los amigos que he tenido, de eso me acuerdo siempre. He tenido muchos amigos, he tenido suerte con los amigos. De eso me acuerdo siempre y cada día soy más feliz”

El apellido Carabajal

“Yo he vivido sin pensar en nada. Sin pensar en que alguna vez alguien podía escribir o filmar pasajes, la historia de cómo he nacido, de dónde vengo. Yo me acuerdo que cuando yo era chico, vivía la madre de mi papá, y la madre de mi mamá. Ellos habían venido de la Pampa. Ella era de apellido Carabajal, Manuela Carabajal. Me dijeron que mi abuelo era uruguayo, se llamaba Luciano Orellana. Cuando se juntaron ellos como matrimonio, hicieron un convenio. El primer hijo que nació, nació Orellana, el segundo Carabajal y así consecutivamente, Orellana, Carabajal, Orellana, Carabajal, y a mi papá le tocó Carabajal”.

Familia

“A fines del 50 me casé. Después nació la Graciela, Peteco, la Enriqueta y Demi. Se llevan varios años de distancia entre ellos. Por ejemplo, la Enriqueta tiene 38 años y Peteco 48 (en el año en el que se realizó la entrevista). No hemos tenido hijos seguidos como la familia mía. Nosotros hemos nacido cada dos años. Nosotros hemos sido 12 hermanos (todos varones)”.

Escondido al reza baile

“Mi hermano Agustín había fallecido. Y un día me fui para Buenos Aires. Ahí mi hermano Cuti, me dice, ahora me he acordado que Agustín me ha dejado una música de una chacarera, que no tiene letra. Si te animas a hacer, yo te paso. Y bueno, pasame, le digo. Y he empezado a pensar y en dos días hice la letra, incluso le agregué unos acordes. Una hermosa grabación hizo Raly Barrionuevo: “El baile ya ha comenzado allá por Santiago del Estero”.

Trayectoria

“En la década del 50 grabé con Cari Huayna, El Chañarcito, Hugo Díaz, con Los Manseros, Santiago Manta. Después ya grabé solo en el 67, con Magenta. Después, con Los Carabajal y me llevaron de aquí para grabar. Ya no me gustó. Yo no quise ir a Buenos Aires a vivir. Quería vivir en Santiago que de todas maneras viví haciendo canciones”.

Vocación peleada

“Cuando yo tenía menos de diez años me empezó a gustar tocar la guitarra, y mi papá no quería que toque. Trabajaba en Obras Sanitarias y antes de irse a trabajar nos desafinaba la guitarra. A fuerza de eso, tenía que aprender a afinar. Todos los días el tren El Tucumano pasaba justo a las 9 para Buenos Aires. Tocaba el pito siempre, porque hay un paso nivel. Era aquí a una cuadra (de la casa de Los Lagos) y yo me di cuenta en esa época, era chiquito, que el sonido del tren era en mi. Yo no sabía que era en mí. Yo afinaba con el tren y después ya aprendí las otras cuerdas”.

Comienzos

“Desde el año 45 he empezado a tocar. Tenía 16 años. Yo he nacido en el 29. Me acuerdo que me junté con un bailarín de aquí que bailaba bien, de apellido Tijera. A los 17 ó 18 años, nos íbamos afuera para lado de Quimilí, Tintina, Campo Gallo, Monte Quemado, nos íbamos yo a cantar, él a bailar. Improvisábamos peñas. Adónde íbamos siempre íbamos el jueves, y el viernes y el sábado ya estábamos haciendo una peña con canto y todo. Yo cantaba dos horas o tres”.

A la sombra de mi mama

“En el 50, 51, mi abuela estaba sentadita en un rincón y mi mama me dijo: ¡Y pensar que yo sigo teniendo madre! Y me ha quedado clavado, che. Me voy a Buenos Aires en el año 56, estoy dos años y vuelvo con el pensamiento. Le cuento a don Cristóforo Juárez las palabras que me había dicho mi vieja y estuve en su casa hasta las 12.30 del mediodía. Vuelvo a comer a Los Lagos y cuando estaba terminando de comer llega don Cristóforo en el auto y me da un papel. Esa fue la canción que más recaudación tuvo en todo el mundo. Él la escribió en media hora o en una hora y yo le hice la música en 10 minutos. Ese día dejé de comer, me fui para dentro de mi casa, agarré una guitarra y empecé a mirar. He cambiado varias veces hasta que me gustó la última”.

Leo dan

“Cuando estuve en Buenos Aires recién había empezado Leo Dan. Había hecho uno o dos discos. Hermano, me dice. He sabido que vos te acuestas para hacer chacareras. ¿Qué te puedo grabar?, porque estoy grabando bien, para que vos también ganes buena plata. Y no sé, yo tengo chacareras, le dije: Qué más se puede pedir, A la sombra de mi mama. Ésa me dice, A la sombra de mi mama. Ese día me da la dirección de su casa y me dice vete el domingo al mediodía para que comas conmigo y mi familia. Y me voy para Mataderos y me hace pasar. Había como 5000 personas al frente de la casa queriéndolo saludar a Leo. Y le hago escuchar y me dice, ésta va a andar bien. Y salió muy bien. La grabó y vendió muchos discos en la Argentina. Después grabó en Colombia, en Ecuador y ahora últimamente la grabó con los Mariachi en México”. (Además de Leo, quien también la interpretó fue Sandro).

El puente carretero

“Peteco me habla de Buenos Aires y me dice que iban a comenzar a grabar un día lunes o martes con el chango Farías Gómez. Y me voy. Estaban grabando y se largan a grabar una chacarera. Qué hermosa chacarera digo yo en mis adentros. Después le digo, de quién es esa chacarera. Mía, nuevita, me dice, Peteco. ¿Cómo se llama?, le pregunto. No sé, no sé que nombre ponerle, me dice. A mí se me metió la música en la cabeza y empecé a practicar la letra. Yo hice una chacarera del Puente Negro con don Pedro Evaristo Díaz. Pero pensé que el Puente Carretero no tenía chacarera. Traté de empezar a hacer la letra y me salió esto: Si pasas por mi provincia con tu familia viajero, verás que lindo es el río desde el Puente Carretero, después seguí pensando en los turistas, en la gente que viene

Entre a mi pago sin golpear

“Pablo Trullenque hizo los versos de una chacarera doble y me dio a mí para que le hiciera la música. Y me salió la música de Entre a mi pago sin golpear La hice un día jueves y la estudié todo el día sábado. El domingo había una fiesta en la casa del folclorista y la tenía en la mente y no se la podía pasar a ninguno porque había mucho bullicio. Y saco la guitarra y lo hablo a Toy Von Zeilau. Yo lo quería muy mucho a ese muchacho. Y lo traigo para afuera de la Casa del Folclorista, y me dice eh, bárbaro, qué chacarera, hermano, no le des a nadie esto antes de que yo la cante. Y así fue. Después la canté por todos lados. La han grabado varios”.

Músico de carnaval

“Yo fui músico de carnaval, allá por los años 1947, 1948. Fui a cantar al campo. En esa época no había altoparlantes ni micrófonos. Había que cantar para mil personas. Los escenarios eran como de tresmetros y para subir había que hacerlo en escaleras. Había que tener pulmón. Yo cantaba muy fuerte antes. En Nueva Esperanza y El Mojón tocábamos con don Ponciano Luna y don Lucindo Prados. Cantábamos con fuerza para no desafinartodo cantor desafina en algún momento.-

Fuente: El Liberal