domingo, 5 de febrero de 2012

TUCHO RUFFA: “Me emocionan las pequeñas cosas de la vida”



La carrera artística de "Tucho" Ruffa comenzó desde muy chico, viendo el reflejo de su madre que tocó el piano, la guitarra e hizo que fuera creciendo con lo artístico muy cerca de él. 


De esta manera, a los 15 años tuvo la posibilidad de formar parte del Coro Estable de la provincia y el grupo Colaria de la escuela de música. Con el tiempo, al ir formándose musicalmente tuvo la posibilidad de integrar un conjunto denominado Las Voces de Hoy, donde comenzó su carrera dentro de la música del folclore.Después integró el grupo vocal Causay, que le permitió ir al Pre- Cosquín y ganar un premio allí. Luego, integró el vocal Alas junto con el doctor Carlos Marrodán, un gran músico y profesional de la medicina. 


Asimismo, con Jacinto Piedra fue muy amigo, con quien continuó su carrera con el grupo Kausay, también formó parte de Tucho Ruffa y La Calle. También, conformó otras propuestas como La Urbana y La Ochenta. 


Por otra parte, transcurrió un tiempo en el cual "Tucho" quedó sin trabajo. Por lo que, después de luchar día a día, el subsecretario de Deporte del gobierno de Gerardo Zamora, "Lalo" Zanni, le dio la oportunidad de volver a empezar laboralmente. Así comenzó a trabajar de docente en la escuela Nº50 de discapacitados visuales. En este lugar, formó un grupo de canto, lo que permitió que se creara el grupo vocal Ojos del Cielo. 


A partir de ahí se dio un compromiso espiritual, moral, musical y de mucha amistad con sus compañeros, con quienes está muy feliz. 


— ¿Quién es hoy "Tucho" Ruffa?—Hoy "Tucho" Ruffa es un hombre de 52 años, que ha logrado despojarse de muchas miserias que tiene el ser humano. Además, soy un hombre que necesito de mucho amor, de comprensión y de mucho apoyo familiar. Mi esposa y mis hijos me han ayudado mucho en esta carrera. Soy una persona común que siempre he querido hacer las cosas bien hechas. 


— ¿Cómo era de niño? —He tenido una infancia muy feliz, en el barrio Belgrano. Allí, me crié junto a "Coqui" Díaz, Jacinto Piedra y otros grandes amigos, con los cuales fuimos creciendo con mucha alegría. 


— ¿Cómo es un día suyo? —Mi día comienza a partir de las 7, donde lo espero a mi compañero Hugo Ibáñez, en la parada del colectivo porque él es no vidente. De ahí arrancamos hacia nuestro trabajo diario en la Subsecretaría de Deporte. Por la tarde, trabajo en la Biblioteca 9 de Julio, allí enseño Técnica vocal y Canto. 


— ¿Un momento de paz que tenga en el día? —Creo que ese momento lo tengo cuando nos juntamos con los integrantes de la Fundación Conciencia y Acción Ciudadana, a pensar qué podemos hacer por el comedor "Changuito Soñadores", tratando de ver cómo ayudar principalmente a los niños. 


— ¿Qué es lo que le disgusta de las personas? —La soberbia sobre todas las cosas, pienso que es uno de los peores pecados que pueden tener los hombres en general. 


— ¿Fuma? —Sí, hace mucho que lo hago, intenté dejarlo y lo hice por 3 años, pero fue más fuerte y lo volví a agarrar. Sé que lo tengo que dejar, sobre todo por mi salud, ya llegará el momento. 


— ¿Toma alcohol? —Muy poco, cuando tomo sólo bebo tinto y de muy alto nivel (Risas). 


— ¿Qué lugar de su casa es el favorito? —Pienso que el patio de mi casa, porque está lleno de árboles, de pájaros y de colores. Tengo un lapacho muy grande, que se entremezcla con un lindo color verde. Voy a parafrasear a mi gran amigo Jorge Rotemberg, un gran poeta: "El lapacho florecido no es un árbol, sino la decisión irrevocable de volver a nacer". 


— ¿Realiza algún quehacer doméstico?—Me gusta cocinar y cuando puedo lo hago. Recuerdo que una vez Astor Piazzolla, dijo que le gustaba cocinar e ir a pescar, a mí me gusta exactamente lo mismo, con la diferencia que mi amigo Sergio Moreno no me quiere llevar al río… (Risas). 


— ¿Ha llorado alguna vez? —Muchas veces, gracias a Dios, me emocionan las cosas pequeñas o grandes de la vida. Las acciones de las personas también me emocionan. Incluso, he llorado de emoción por la gente que da una mano sin pedir nada a cambio. 


— ¿Qué le hace sonreír? 

—Charlar con amigos, comparaciones que se hacen en esas conversaciones, dichos, bromas. Por ejemplo, un día me dijeron: "Hola perro embarrao"… ¿Por qué?, pregunté... "Porque lo dejan entrar a la casa pero no lo dejan subir a la cama"… (Risas). 


— ¿A qué le tiene miedo? —Mucho dicen que le tienen miedo a la muerte, pero yo no le tengo ningún tipo de temor, porque sé que es un cambio de estado espiritual. Más bien, le tengo miedo al hombre soberbio, a la hipocresía, al desinterés, a la falta de cultura, a la ignorancia. Miedo, también, a la destrucción del planeta. 


— ¿Qué le gusta hacer los domingos? —Paso un día tranquilo, compro empanadas con mi amigo Pablo Cruz, que es almacenero y siempre me fía… (Risas). Me gusta, también, ver televisión e informarme mucho de todo. 


— ¿Tiene alguien a quién admire? —Sí, admiro mucho a Jesús, pienso que será por siempre un ser celestial. Ojalá los hombres podamos aprender a ser un poco como él, con una humildad increíble. 


— ¿Ha mentido alguna vez? —Montón de veces, de todo tipo (Risas), pero siempre para conseguir algo para ayudar a alguien, nunca dañando al otro. Ninguno está excepto, todo hombre alguna vez mintió, aclaro que cuando me refiero a hombre, lo hago tanto a hombres y mujeres. 


— ¿Qué prefiere, montaña o mar? —La montaña, sobre todo porque tengo un lugar extraordinario en mi cabeza, donde me gustaría ir a vivir en algún momento de la vida, ese lugar es Frías. Allí, aparte de un paisaje paradisíaco he encontrado paz y mucha gente linda, amigos del alma. 


— ¿Qué le queda por hacer? —Muchísimas cosas, hay tanto para hacer en la parte artística sobre todo. En lo que a mí me concierne, es poder enseñarles a nuestros jóvenes a que sean verdaderos artistas, que tengan una entrega sincera por la música y el arte. Creo que siempre va a haber mucho por hacer.


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